La estancia ha sido fantástica.
Los dueños prestan una atención perfecta y detallada. Muy amables, atentos y simpáticos.
La comida del restaurante, al margen del hotel, elaborada y típica de la zona con un punto innovador. Muy rica.
La habitación amplia y en perfecto estado de revista. La terraza muy amplia, aunque la sillas y la barandilla de madera acusan la rigurosidad del clima se montaña y de los duros inviernos.
La habitación guarda mucho calor, está muy bien aislada y climatizada, pero para el invierno... hemos pasado calor en verano. Debe de coger calor por las tardes al entrar el sol y luego cuesta sacarlo.
El desayuno muy completo, variado y de buena calidad para todos los gustos.
La situación del hotel estaba muy bien para hacer rutas o turismo por la zona véneta de los Dolomitas.
En definitiva, un hotel para repetir estancia y recomendar a los amigos que vengan a esta zona de los Dolomitas.