El desayuno del primer dia fue nefasto, literal nos dieron lo que sobro de los demás huéspedes, éramos dos personas y nos dieron tres rebanadas de pan con dos laminas pequeñas de queso, algo de manjar y algo de mantequilla. Este primer día nos atendió un caballero, por lo que asumimos no tenia mucha experiencia en servicio al cliente, ya que al otro día la historia fue totalmente diferente, la atención fue dedicada y amable.
El estacionamiento no era muy amplio, siendo en ocasiones complejo estacionar bien,
Por último, desde nuestra habitación se escuchaba muy fuerte cuando las otras habitaciones prenden el agua caliente y cuando bajaban las escaleras.