El hotel es pequeño y muy nuevo. Es la ampliación de otro 360 Degree que está muy cerca. Está en una calle estrechará justo al lado de la plaza. Muy buena situación, en el lugar más céntrico de la ciudad.
Hay que ir a desayunar al restaurante del otro hotel, y aunque en principio esto es un inconveniente, lo compensan las maravillosas vistas de la Acrópolis que hay desde allí. Además el desayuno es buenísimo, muy variado, con zumo natural recién exprimido y magnífico café.
La habitación muy cómoda, bonita decorada y muy buena la cama. Todo muy nuevo. El personal de recepción muy amable y servicial.