La atención no es mala, pero el hotel está muy descuidado, el ascensor roto, las habitaciones con humedad y una de las camas parecía una tabla de lo dura que estaba. En 3 días no nos hicieron las habitaciones y la habitación no tenía aire acondicionado. Además, tampoco era muy barato ya que la noche salía en torno a los 38€. Además al no tener aire, tenias que dejar la ventana abierta por lo cual entraba la luz de una farola y se le sentía al recepcionista hablar con los negociantes próximos al hotel. Tampoco ponen jabón para bañarte ni nada. La habitación estaba en una buena comunicación, próxima a los comercios y a los cañones de Tánger donde se ve el puerto y si hay buena visibilidad España, puesto que Tánger se sitúa, prácticamente, en lo alto de un cerro, así que lo único llano es el puerto. NO RECOMIENDO EL HOTEL, PILLAD OTRO SI PODÉIS.