Puntos positivos: La habitación deluxe ha sido todo un acierto. Es muy grande y super cómoda, donde no faltaban los detalles: una mesa de escritorio con un ordenador, control de las luces y el aire acondicionado desde el mando, cremas hidratantes, WC tipo japonés, ducha+bañera, etc.
La ubicación del hotel es perfecta, junto a dos líneas de metro y con una muy buena oferta gastronómica cerca.
El Wifi funcionaba bien.
Puntos negativos: La habitación tenía poca luz natural ya que enfrente tiene la pared de otro edificio muy cerca. Y aunque en general estaba limpia, los cristales y la TV estaban muy sucios.
En cuanto al checkin, que sea a las 17h nos ha parecido tarde.
El personal de recepción no habla nada de inglés, algo que sorprende trabajando de cara al público en un hotel. Intentamos preguntar algunas dudas pero era imposible entenderse.