Durante nuestra estancia en The Hood 102 en Bogotá, nuestras expectativas fueron frustradas por el ruido del rooftop, afectando gravemente nuestro descanso familiar. La habitación, aunque limpia y cómoda, no compensó las noches perturbadoras por la música y el arrastre de muebles.
La primera noche, tras señalar las molestias, el ruido empeoró. Al expresar nuestro descontento la mañana siguiente, la recepcionista nos prometió una noche más tranquila. Sin embargo, fue aún peor, ya que se sumó un concierto al ruido existente.
The Hood 102 parece priorizar el ambiente social sobre el bienestar de los huéspedes. A pesar de su diseño y ubicación atractivos, no es ideal para quienes valoran la tranquilidad. Podría ser adecuado para quienes buscan vida nocturna, pero no lo recomiendo para familias o viajeros que desean descansar tras un día de turismo o trabajo en Bogotá.