Enorme decepción
Muy bonita para las fotos, pero el RUIDO (por la noche aterrador) y la RACANERÍA de los anfitriones hacen de la estancia una experiencia bastante desagradable, a pesar del elevado precio del alojamiento en comparación con otros similares de la zona.
RUIDO. Las ventanas y las puertas son muy antiguas y no han sido actualizadas ni se ha añadido insonorización de ningún tipo. Los ruidos de la CALLE (conversaciones, gritos, golpes, motos...) son tan fuertes que realmente parece que hay gente entrando o dentro de la casa, algo que da bastante miedo teniendo en cuenta la mínima seguridad de las puertas de entrada desde la calle y desde la terraza, que es común para este y otros edificios.
Además de los de la calle, entran muchos ruidos desde el PATIO interior. Un ruido constante muy fuerte que viene de algún tipo de generador, se supone que de los restaurantes de abajo, aunque suena durante todo el día y la noche. Aún más fuerte es un ruido de una máquina que hay también en el patio, aunque este no está sonando todo el tiempo. También se oye abrir y cerrar de puertas y ventanas, que realmente parece que vienen de dentro de la propia casa.
RACANERÍA. "Regalan" una hora de INTERNET por cada noche (ojo, no por cada día, no vaya a ser...) y las siguientes hay que pagarlas a 1 dólar la hora (5$/5h), cuando realmente las tarjetas que hay que usar para ello cuestan en la tienda 0,10 la hora. Sin embargo, ellos no mencionan la opción de comprarlas en la tienda, de modo qu