El hotel está ubicado enfrente de la mejor playa de Pafos. La habitación y la piscina están muy bien. Disponen de muchas tumbonas y muy cómodas. Teníamos todo incluido y, como en casi todos los hoteles, tienen una carta con las bebidas incluidas. Lo que no nos gustó es la poca variedad durante las comidas. Estando en una zona costera, sólo ponen una variedad de pescado durante las comidas y no es de gran calidad. La comida que preparan en el acto consiste en pechugas de pollo, hamburguesas que no tenían buena pinta y brochetas de cerdo. La comida sabía muy bien, pero el problema es la poca variedad para un hotel de 5 estrellas. Por lo demás, todo perfecto. ¡Hemos disfrutado los 5 días! Los trabajadores, en general, son bastante secos. Me gustaría destacar a los tres trabajadores que mejor nos han atendido: Amik, del bar principal, y a Sofía y María, del bar de la piscina.