El hotel es precioso , el enclave donde está situado es inmejorable, el personal super amable todos y cada uno de ellos.
Destacar la amabilidad del jefe del restaurante y el personal en general y la atención en recepción.
Eso sí, las habitaciones mangles dejan mucho que desear para el precio que cobran.
Tienen goteras, nos cayó una lluvia encima de madrugada en la cama y varias cagadas de pájaro mientras dormíamos la siesta y el aire acondicionado por la condensación perdía agua y el suelo al lado de la cama encharcado (Mangle 2) y en el mangle 5 muchísimas cucarachas por el suelo y en la mosquitera.
Decepcionante.
El baño ideal y las instalaciones en general preciosas.
Nos pareció caro en general el servicio de restauración y en el bar brisas son demasiado lentos para el servicio, pero muy amables y educados.