Este lugar se encuentra dentro de lo que fue el Palacio de Dioclesiano, por lo tanto esta uno dentro del casco histórico de la ciudad, lo que permite poder recorrer la parte más turística de la ciudad con la posibilidad de regresar fácilmente al hotel a tomar un breve descanso o dejar añguna compra, para luego retomar el paseo por las hermosas calles de Split. El único inconveniente es que para llegar al hospedaje con maletas hay que caminar un trecho, que aunque no muy largo si tiene varias escaleras. Otro punto que hay que considerar es que el horario de recepción no es permanente, por lo que si se tiene que resolver algo con el personal es mejor hacerlo cuando uno los ve ahí, ya que en nuestro caso cuando quisimos comprar los vales para el restaurante donde se ofrece el desayuno no los encontramos y tuvimos que pagar un poco más.