Se trata de una especie de apartamentos, que cuentan con baño privado y cocina. Las instalaciones se nota que se han renovado recientemente, por lo que el estado general era bueno y además todo muy limpio. La ubicación es buena, cerca del Palacio de Schönbrunn, además para llegar al centro se cuenta con paradas de transporte público muy cerca. También hay supermercados y si se va con coche propio es relativamente "fácil" aparcar en el barrio contiguo, en donde existen algunas plazas de aparcamiento libre en la calle. El dueño es amable y nos recibió con una sorpresita. En general un buen lugar donde quedarse en Viena a un precio asequible.